LA FAMILA COMO INSTITUCION SOCIAL.
Toda institución social tiene como propósito fundamental la formación de individuos cuyos valorares morales y éticos se correspondan con los principios de nuestra sociedad, para ellos se apoya o en su defecto orienta a la familia con el propósito de unificar esfuerzos en este sentido.
En la medida en que cada núcleo familiar asimile y transfiera las transformaciones de su medio a cada uno de sus miembros podrá cumplimentar sus funciones y por tanto contribuir al desarrollo de la personalidad de sus hijos. Si en este intento surgen inadecuaciones en la dinámica familiar es trabajo de la escuela, asumir un rol orientador que proporciones el intercambio y desarrollo de ese núcleo familiar.
No es posible hablar hoy en día de una única familia muy por el contrario, los cambios estructurales y evolutivos (divorcios, segundos nupcias) han generado diversas formas de familia. Así encontramos familias extensas (de varias generaciones) familias de convivencias múltiples, monoparentales, y de segundas o terceras nupcias.
En general las tendencias que se están produciendo a nivel mundial pueden sintetizarse en:
Una reducción de la familia extensa y un mayor predominio de la familia nuclear.
1. El reconocimiento de los derechos de la mujer, lo cual ayuda a la elección del marido y al numero de hijo que quieran tener.
2. Un mayor reconocimiento de las libertades sexuales.
Podemos decir que en este sentido se han establecidos varias dimensiones de agrupaciones familiares
Familia tradicional: se caracteriza por la existencia de una estricta diferenciación de funciones basadas en el sexo y la edad de los componentes. Generalmente el que trabaja fuera de casa es el padre de la familia y la madre combina la crianza de los hijos con el cuidado de las personas mayores de la familia. En este tipo de familia se destacan unas relaciones conyugales de obediencia y dominio. En estas el matrimonio se define más por las normas sociales que por el afecto.
Familia moderna. : La autoridad paterna y marital se debilita porque es compartida por ambos cónyuges y existe una relación de igualdad entre el hombre y la mujer. La decisión del matrimonio es libre y se fundamenta en el amor y la decisión de ambos en la pareja.
Dentro de estas familias existen algunas acepciones:
• Familia de doble carrera: existe un paralelismo de funciones entre la pareja, ambos comparte los roles del hogar y trabajan fuera de casa
• Familia semi tradicional: cuando ambos trabajan fuera de casa pero solo la mujer lleva a cabo la crianza de los hijos y otras actividades domesticas.
• Familia nuclear: se considera que en su círculo solo entra el padre, la madre y los hijos que viven con ellos, dentro de esta familia nuclear se pueden concretar diferentes acepciones:
• Familia con hijo único
• Familia de tres o mas hijos ( familias numerosas)
• Familias uninucleares o nuclear, que son los matrimonios que no tienen hijos
Con el paso del tiempo se les ha ido agregando al concepto de familias nuevas transformaciones o nuevos tipos de relación familiar
Familias agregadas: parejas que viven juntas pero sin casarse o formalizado el noviazgo.
Familias monoparentales: convivencia de un solo miembro de la pareja ya sea hombre o mujer pero con un hijo no emancipado.
Familias educadoras: se Tarata de familias que realizan acogidas a niños que lo necesitan.
Familias separadas o divorciadas: estas siguen siendo familias monoparentales puesto que un miembro de la pareja se queda con la custodia de los hijos.
Familias reconstruidas: se reconoce por la nueva relación emprendida con otra persona después de una separación por divorcio.
Familias homosexuales: relación estable por dos personas de un mismo sexo. Pudiendo incluso llegar a la adopción o la procreación asistida.
Familia de cónyuges solos: se produce en el momento en que se emancipan los hijos.
Familias mono filiares: se dan cuando los hijos son adultos y viven con los padres.
Aunque estas transformaciones constituyen generalidades propias de la familia, hay que precisar que cada familia asume su forma particular de interpretar y operar con esas influencias, de acuerdo a su propia historia y a los recursos psicológicos construidos, lo que revela una multiplicidad de manifestaciones, que reflejan lo común y lo diverso de su identidad familiar y su identidad regional.
En la actualidad se puede ver que la familia nuclear básica se ha ido desplazando por la aparición de familias extendidas, ampliadas y monoparentales, lo que sin lugar a duda hace más complejo el sistema de relaciones. En unos casos por la excesiva cantidad de personas y las diferencias generacionales y en otros por el carácter incompleto de la relación o la diversificación de los subsistemas que ponen en peligro el funcionamiento familiar.
Es por ello que la socióloga Diana Gittins prefiere hablar de conceptos de “las familias” en vez de “la familia” porque referirse a ella en plural abarca esta diversidad ya mencionada.
Debemos tener en cuenta que la familia es el grupo primario donde el individuo adquiere sus primeros procesos educativos a través de las experiencias que comparte con los miembros del grupo familiar. Esta actividad educativa será mucho intensa en esta estapa primaria del individuo pero no por ello dejará de ser importante a lo largo de su vida, ya que la familia representa un poderoso apoyo para el transcurso de esta. Todos sus miembros nos ofrecen beneficios valiosos, ninguno sustituye a otro. Cada miembro nos ofrece satisfacciones distintas y nos cubre de necesidades diferentes, se podría decir que cada papel esta diseñado para aportar algo especial.
Como funciona el ciclo familiar
La familia además de formar una estructura compuesta por roles y funciones de cada uno de sus componentes puede contemplarse como un proceso y como tal evoluciona con el tiempo y según sus miembros se desarrollen. Para una mejor explicación se ha dividido este proceso en tres etapas
Estapa 1
Constitución o estapa prefilial: consiste en la unión de dos individuos que se unen, aportando cada uno sus experiencias y antecedentes de sus familias de origen. En este momento la pareja define su relación y estructura un nuevo sistema familiar. En teoría en esta fase los padres se retiran a un segundo plano y deben dar libertad y privacidad a la nueva pareja.
Etapa 2
Expansión, etapa filial: transición a la paternidad. En este momento la pareja debe plantearse nuevas reglas y objetivos comunes, por la llegada de sus hijos y la educación de ellos dependerá de estas.
Etapa 3
Reducción: mitad de la vida y nido vacío. Es el momento en que los hijos han dejado el hogar y los padre se enfrentan nuevamente el uno al otro como individuos, en esta etapa se presentan muchas rupturas.
Y por ultimo debemos mencionar los últimos años de vida donde los padres ya como es lógico frecuentemente han adquirido el rol de abuelos, el dilema consiste en que en esta etapa los individuos suelen necesitar más de los hijos por la disminución física de la edad. Aparece un sentimiento doloroso por la perdida de la juventud y del vigor, así como el temor a la enfermedad y la perdida de seres queridos y por la muerte.
A nivel general se puede decir que la familia satisface las siguientes necesidades:
Sexual: es el punto de búsqueda y de encuentro con la pareja además de se la base reproductiva.
Económica: desarrolla sus capacidades y habilidades para satisfacer y mantener las necesidades materiales.
Social: a través de ella se transmiten la cultura, los valores, las normas y tradiciones y los principios base para la integración en la sociedad.
Afectiva: se expresa sentimiento de amor, lealtad, reconocimiento y apoyo.
De apoyo: la familia es el principal refugio donde se encuentra a poyo y ayuda en los momentos de crisis.
También es importante mencionar que la familia que tiene un adecuado funcionamiento cumple con unas determinadas características:
1. Control: trata del modo de mantener el orden o de imponer una disciplina que ayude a conseguir las metas establecidas.
2. Asignación de roles : cada miembro del grupo familiar tiene un papel que cumplir, teniendo en cuanta que el rol de los padres no deberá ser suplantado por los hijo, así como existen roles que pueden ser realizados entre ambas partes, padre e hijos.
3. Resolución de conflictos: es muy importante que las familias sean capaces de la resolución de los conflictos, ya que esto permitirá una buena convivencia e incluso la continuidad familiar.
4. Desarrollo personal: cada miembro de la familia necesita que esta le proporcione la posibilidad para su desarrollo individual, de modo que pueda formar en el futuro su propia familia, hay que tener en cuenta que cada experiencia vivida en la familia de origen servirá de pauta para el desarrollo de la personalidad del individuo en futuro.
FUNCION EDUCATIVA DE LA FAMILIA.
Una de las características que distingue a la familia es su capacidad de integrar muchas funciones en una única fórmula de convivencia. Eso no quiere decir que no haya otras formas de llevarlas a cabo. Todas las funciones que se señalan a continuación se pueden realizar en el contexto de instituciones alternativas que a veces son totalmente ajenas a la esfera doméstica como sucede, de hecho, con la educación en las escuelas o el cuidado de personas mayores en asilos.
Algunas de las principales funciones que la familia cumple son las siguientes:
Económica. En ella cabe distinguir: mantenimiento de los miembros no productivos crematísticamente hablando; división de las tareas domésticas, como aprendizaje de la división del trabajo en el mundo laboral; transmisión de bienes y patrimonio (herencia patrimonial, jurídica, de estátus y de poder); unidad de consumo; evitación de igualitarismo estatal…
Reproductora. Toda sociedad regula las actividades reproductoras de sus adultos sexualmente maduros. Una manera de hacerlo consiste en establecer reglas que definen las condiciones en que las relaciones sexuales, el embarazo, el nacimiento y la cría de los hijos son permisibles. Cada sociedad tiene su propia combinación, a veces única, de reglas y de reglas para la transgresión de reglas en este campo. Esta regulación supone un control de las relaciones entre personas que, a su vez, contribuye de forma sustancial al control social.
Política religiosa. El adoctrinamiento en ambas parcelas es absolutamente misceláneo y variopinto.
Psicológica. Puede ir desde la satisfacción de las necesidades y deseos sexuales de los cónyuges, hasta la satisfacción de la necesidad y el deseo de afecto, seguridad y reconocimiento, tanto para los padres como para los hijos. También se incluiría el cuidado a los miembros de más edad.
La protección psicológica descansa en la solidaridad del grupo. El Estado, sin embargo, interviene activamente con su gestión política. En España, por ejemplo, y sobre la base del artículo 39 de la Constitución, aparece como principio rector de la política social y económica que los poderes públicos han de asegurar la protección social, económica y jurídica de la familia. Cuestión a parte es la implementación efectiva de esos principios. Por otro lado, la Declaración Universal de los Derechos Humanos, en su artículo 16, también hace mención expresa a la familia en tono claramente proteccionista.
Domiciliaridad. La función cosiste en establecer o crear un espacio de convivencia y refugio. Cuando la pareja se traslada a vivir con los padres de la novia o cerca de ellos, la situación se denomina matrilocal. Una pauta patrilocal se da cuando la pareja se traslada con los padres del novio o junto a ellos. La neolocalidad ocurre cuando la nueva pareja se instala en una residencia independiente. Los primeros casos implican un tipo de estructura extensa, el último, la nuclear.
Establecimiento de roles. Según las culturas y en relación directa con el tipo de economía prevaleciente, las familias varían en su estructura de poder y, en consecuencia, en la distribución y establecimiento de roles. Son patriarcales aquellas familias donde el marido toma las decisiones sin consulta ni discusión con los demás miembros. La fórmula patriarcal se constituyó en el tipo predominante de familia no sólo en las grandes civilizaciones de la Antigüedad, sino también en las instituciones familiares griegas y romanas, así como en la sociedad feudal, los antecedentes remotos de la familia occidental actual. De alguna manera sigue siendo la forma prevaleciente en la actualidad, aunque en fuerte tendencia hacia la configuración de una familia equipo testal (cuando la estructura de poder es de tipo igualitario en que el marido y la esposa tienen los mismos derechos, aunque no sean necesariamente considerados como iguales en lo que respecta a la división del trabajo). Si es la esposa quien decide, la sociedad familiar se denomina matriarcal. Sin embargo, ambos casos, destacan en el criterio de autoridad.
Educativa-socializadora. El objetivo generalizado es la integración de los miembros más jóvenes en el sistema establecido, moralmente o jurídicamente
Frecuentemente, se menciona en los medios de comunicación que la carencia de compromiso educativo de los padres y madres explica fenómenos que preocupan crecientemente a la sociedad, como son la violencia, el fracaso escolar, el consumo de drogas, los embarazos adolescentes, etc. Lejos de una posición culpabilizadora hacia las familias, se les debe ofrecer una solución nueva cuya función sea, por una parte, la de recordarles que en la provisión de determinadas necesidades de un ser humano en desarrollo – como son el afecto incondicional y la práctica de la necesaria exigencia – su papel es insustituible y, por otra parte, ofrecerles orientaciones y recursos educativos para ejercer con seguridad su papel como criadores.
Hay que comenzar diciendo que la educación perfecta no existe, sobre todo si la consideramos como un conjunto de normas utilizadas como una receta. Además, no hay un niño/a igual a otro, ni siquiera en la misma familia, así que más que fórmulas estándar, podemos disponer de guías para orientarnos en situaciones diversas.
En la educación cotidiana de los/las hijos/as es importante ser espontáneos, la intuición es necesaria porque son las familias quienes conocen mejor a sus hijos/as y el modo de ayudarles. En este sentido, la empatía permite entender los motivos que ellos/as tienen para actuar en una determinada situación y, desde ahí, podemos enseñarles eso tan importante para su vida que es saber ponerse en el lugar del otro.
La coherencia también es importante (uno tiene que creer aquello que quiere enseñar). La contradicción entre lo que se dice y lo que se hace invalida la norma que o bien no se cumple o lleva a la mentira. Para ello, las familias deben actuar con seguridad y sin contradicciones. Sobre todo con un estilo de comportamiento con lo que los hijos/as se identifiquen e imiten. No se trata de adiestrarles o convertirles en algo que deseamos, sino que se tendrá más éxito si se les ayuda a descubrir sus capacidades, personalidad...
Los estilos a la hora de ejercer la autoridad son los siguientes:
a) Familias autoritarias
Se caracterizan por utilizar un alto nivel de exigencia en todos los aspectos de la vida de sus hijos/as. No son receptivos a las necesidades del niño/a ni cambian sus técnicas de disciplina en función del contexto, de la edad o de otras variables. Consideran que la razón es siempre de los padres/madres y que el respeto de los hijos/as proviene del temor. Los padres/madres imponen las soluciones en los conflictos que se plantean y dirigen y controlan todo el proceso de toma de decisiones. Cuando surgen conflictos utilizan estrategias caracterizada por el empleo de la fuerza, a nivel de amenaza o de ejecución real, la retirada de privilegios, de afecto etc. Critican a la persona ("eres un inútil"), no las acciones de la persona, lo que genera una baja autoestima.
Consecuencias educativas:
Los niños criados en este ambiente tienden al conformismo y a la sumisión. Raramente son líderes, aceptan de buen grado la voluntad de otros. Son pasivos, tímidos y ansiosos para obtener la aprobación de los demás. No se sienten bien aceptados por el distanciamiento emocional de sus padres y madres. Se sienten aceptados cuando son dirigidos por otros, pueden mostrar bajos niveles de autoestima y altos niveles de dependencia. Pueden mostrar sentimientos de culpabilidad ante la imposibilidad de no cumplir los deseos de sus padres/madres.
b) Familias permisivas o sobre protectoras
Se caracterizan por ser poco exigentes y tratan de evitar que sus hijos/as se enfrenten a las dificultades de la vida, y van quitándoles obstáculos. Consideran que los hijos/as son buenos y saben qué tienen que hacer y que hay que darles todo lo que piden, especialmente aquello que los padres/madres no pudieron tener. Este ambiente se caracteriza por la libertad acompañada por apoyo emocional. Son padres y madres reacios a poner reglas y a imponer limitaciones a sus hijos/as.
Consecuencias educativas:
Estos/as niños/as tienden a ser egocéntricos, dependientes, con dificultades para el esfuerzo, carecen de autocontrol de sus impulsos y anteponen sus deseos y necesidades a los de otras personas. Todas estas limitaciones alteran las buenas relaciones con sus compañeros/as.
c) Familias democráticas
En este estilo educativo, las relaciones entre padres/madres e hijos/as están presididas por el respeto mutuo y la cooperación. Los padres/madres consideran que se pueden equivocar en las decisiones como cualquier ser humano. Buscan y potencian que los hijos/as puedan aprender autónomamente y que saquen lo mejor de sí mismos/as. Ayudan en la búsqueda de soluciones equidistantes del abandono y de la sobreprotección y consideran que los problemas son un reto para la superación personal.
Consecuencias educativas:
Estas familias desarrollan en los hijos/as el sentido de responsabilidad para que asuman las consecuencias de sus actos. Inducen en los hijos/as habilidades de trabajo en equipo y los hijos/as aprenden actitudes de cooperación, de toma de decisiones y respeto por las reglas.
d) Familias indiferentes
Estos padres y madres no son receptivos a las necesidades de los niños/as y, además, son indiferentes desde el punto de vista afectivo. No practican de forma coherente ningún tipo de disciplina.
Consecuencias educativas:
Los/las niños/as educados/as en este ambiente muestran conductas impulsivas, rebeldía y pautas de delincuencia. Manifiestan una tendencia a ser más solitarios y aislados socialmente. A menudo tienen problemas emocionales y son inmaduros. Estos resultados parecen ser el efecto de una excesiva libertad que les proporcionan unos padres no afectuosos. Los niños se sienten rechazados y vacíos emocionalmente.
LA FAMILIA Y LA ESCUELA
“Educad a los niños y no será necesario castigar a los hombre”
Pitágoras.
La familia juega un papel protagonista en el desarrollo de las personas, no sólo porque garantiza la supervivencia física, sino también porque es dentro de ella donde se realizan los aprendizajes básicos que serán necesarios para el desenvolvimiento autónomo dentro de la sociedad. La escuela ha de continuar la labor realizada por la familia, y de nada sería fructífera esta labor si no se estableciesen relaciones fluidas con la familia. Se han de fomentar las relaciones familia-escuela determinando diferentes vías o cauces de participación que comiencen en la educación infantil y continúen en la educación primaria.
Esta colaboración cuando se termina la educación infantil desaparece casi en la mayoría de los casos.
Si la participación de los padres se consolida bien en la primera etapa de la educación, no tiene que desaparecer una vez los niños y niñas pasan a primaria.
Padres y madres tienen responsabilidades compartidas en la educación de los hijos/as, por lo que es imprescindible que haya un contacto entre ambos.
De manera resumida hay una serie de razones por la que es importante dicha colaboración:
Especificidad de los aprendizajes antes de los seis años: el aprendizaje de los más pequeños está completamente vinculado con las experiencias y vivencias de la vida cotidiana. Por este motivo, todo lo que hacen fuera del contexto escolar tiene tanta importancia educativa como lo que hacen en su interior. Los maestros y maestras son conscientes de este hecho y, tratan de que su trabajo educativo tenga continuidad, para lo que la colaboración y participación de los padres parece imprescindible.
Necesidad de complementar la acción educativa sobre el niño y la niña: de lo anteriormente dicho se desprende la necesidad de que la intervención educativa en ambos contextos tenga un carácter de complementariedad y, también de continuidad. Para ello, lógicamente es imprescindible establecer unas buenas relaciones de colaboración. A partir de estas relaciones se podrá dar el necesario intercambio de información
La colaboración de los padres y madres garantiza una acción educativa más eficaz.
La familia como primer ámbito educativo necesita reflexionar sobre sus pautas educativas y tomar conciencia de su papel en la educación de sus hijos. La complejidad de la realidad actual se le escapa y esto repercute en la vida del niño, con llevando problemas escolares y familiares que surgen en la realidad diaria: desinterés, falta de motivación, dependencia, bajo rendimiento, fracaso escolar, violencia, etc., que no se pueden achacar a la sociedad en abstracto, a la familia, a la escuela o a los alumnos, de manera independiente como “compartimentos estanco”, sino que la interacción de todos ellos es la que propicia esta situación.
De ahí surge la necesidad de una formación específica en este nuevo campo de trabajo pedagógico, el familiar, para que cualquier intervención que se intente llevar a cabo tenga en cuenta la visión global de su contexto.
El niño comienza su trayectoria educativa en la familia que la escuela complementa. Por tanto, familia y escuela son dos contextos próximos en la experiencia diaria de los niños, que exige un esfuerzo común para crear espacios de comunicación y participación de forma que le den coherencia a esta experiencia cotidiana. La razón de este esfuerzo se justifica en sus finalidades educativas dirigidas al crecimiento biológico, psicológico, social, ético y moral del niño, en una palabra, al desarrollo integral de su personalidad.
De la coordinación y armonía entre familia y escuela va a depender el desarrollo de personalidades sanas y equilibradas, cuya conducta influirá en posteriores interacciones sociales y convivencia en grupo, que crearán un nuevo estilo de vida.
Es urgente que ambas instituciones se planteen como objetivo prioritario al niño como verdadero protagonista de su quehacer educativo.
¿Cómo llevarlo a la práctica?
En primer lugar, es necesaria una nueva forma de enfocar la educación en la familia, que ha de tomar conciencia de la necesidad de su participación en ámbitos sociales más amplios. Esto exige una formación de padres a través de programas.
En segundo lugar, las propuestas han de ir enfocadas hacia intervenciones globales en las que se impliquen las instituciones sociales, escolares y familiares, desde una perspectiva interactiva, ecológica y comunitaria.
Como señalábamos el verdadero desafío es aprender a ser y aprender a vivir en comunidad, esto exige hacer posible espacios de comunicación e intercambios que fomenten la participación y conduzcan a compromisos que enriquezcan la vida personal y colectiva de los implicados.
La familia juega un importante papel en este sentido, pero hay que ayudarla a tomar conciencia de ello. Los cambios de la sociedad actual deben encaminarla hacia una estructura participativa y de compromiso, de modo que cada uno de sus integrantes desempeñe su función, y tenga conciencia de su identidad individual como miembro de esa comunidad. ¿Cómo? Dentro un clima de comunicación se establecen pautas para la distribución y organización de tareas en función de las necesidades y posibilidades de cada miembro. En este contexto, la comunicación adquiere un valor esencial si desea educar para la vida comunitaria, y se convierte en la mejor manera de superar dificultades, conflictos, contrastes y contradicciones de la realidad cotidiana que surgen de la propia convivencia del hogar, y fuera de él.
La escuela se sitúa en el segundo espacio, de vital importancia, en la vida de los niños y niñas. Entre sus objetivos se encuentra: fomentar la participación, cooperación y colaboración entre los alumnos. En consecuencia, la puesta en práctica de los valores comunitarios y democráticos que se proponen en la familia y la escuela, formarían parte de las experiencias y vivencias de los alumnos, desde los dos ámbitos en los que interactúa cada día, configurando su identidad y el concepto que de sí mismo van adquiriendo.
En una sociedad como la nuestra, la familia y la escuela han de tener claros sus papeles y fomentar la vida comunitaria, como fundamento de toda posterior experiencia social. ¿Cuáles son los ejes que han de regir sus actuaciones? Siguiendo a Medina Rubio, T (1997): la autoridad basada en el compromiso ético, el ejemplo como coherencia entre lo que se piensa, se dice y se hace y el amor como el motor que impulsa y da vida.
La experiencia temprana en la familia de formas de comunicación basadas en el diálogo y el consenso sustentarán actitudes democráticas de participación, colaboración y cooperación. En consecuencia, este aprendizaje será reforzado en la escuela si pone en práctica actividades en las que los alumnos trabajen en equipo, utilicen la negociación para resolver sus conflictos y pongan en práctica los valores de la vida comunitaria, en los que se han iniciado en el hogar.
En definitiva, es esencial que padres y profesores se pongan de acuerdo sobre cómo hacer efectiva la participación de la familia en la escuela, para que sus relaciones sean de ayuda mutua y hacer frente a los desafíos que les presenta este mundo en cambio, lo que va a repercutir de forma positiva en la educación de los niños y va dar coherencia a sus experiencias.
La implicación de las familias en la vida del centro, se alcanza aprendiendo a trabajar juntos en diversas actividades, que en relación con sus respectivas funciones, los padres y profesores pueden programar, asumiendo que un trabajo en equipo es un medio eficaz para estimularse y apoyarse mutuamente. Esto conlleva valorar el enriquecimiento que para el propio desarrollo personal supone la aportación de las ideas e iniciativas de los demás. La visión de un trabajo en colaboración mutua, parte de un concepto de cambio y mejora de la realidad, que puede ser modificada, a través de la acción conjunta de todos los implicados, a la vez que repercute en una mejora de la calidad de la enseñanza y de la vida escolar.
Uno de los elementos primordiales para invitar a los padres a la participación en la vida del centro, es proporcionarles información. Es reconocido por diferentes autores que los alumnos que pertenecen a familias de estatus socioeconómicos bajos, normalmente, no están bien informados de las convocatorias de becas y ayudas a las que pueden acceder, con lo cual no las solicitan. Por otra parte, debido a su ambiente, los padres tienen menos expectativas de futuro que los de la clase media, por lo que no estimulan a estudiar a sus hijos, más aún cuando la trayectoria escolar está acompañada de suspensos y fracaso escolar, además de la inferioridad de condiciones en las que se encuentran para estudiar al carecer de medios y ambientes adecuados.
Indudablemente, el planteamiento de las desigualdades en educación hay que situarlo en un ámbito social y cultural amplio, no podemos aventurarnos a decir que las desigualdades de oportunidades se pueden solucionar sólo desde la escuela, por lo relacionada que está con las condiciones y estatus sociales; pero sí puede mejorar aspectos y medios relacionados con la escuela para permitir a los alumnos proseguir sus estudios, como es implicar a los padres en esta tarea educativa. Comunicarles que algunos estudios muestran que cuando los padres participan en todos los aspectos de la vida escolar se incrementan los efectos positivos sobre el rendimiento de sus hijos puede ayudarles a valorar las consecuencias de su apoyo en la tarea educadora de la escuela, en la que tienen una función a desempeñar.
La necesidad de implicar a la familia en la tarea educativa, no es ninguna novedad. En estas últimas décadas, ha sido recogida en diversas leyes, insistiendo en la coordinación de la familia y de la escuela para diseñar un proyecto educativo común, cuya finalidad es la educación integral de todos los alumnos. Pero, aunque en todos los centros existen Consejos Escolares y Asociaciones de Padres, no en todos funcionan de forma dinámica e impulsora de la participación de los padres, lo que invita reflexionar sobre medidas innovadoras a utilizar.
¿Qué estrategias se pueden utilizar?
Enviar una breve nota, proponiendo cuestiones de este tipo, para conocer:
• Temas que les preocupan den la educación de sus hijos
• Necesidades que sienten ante la educación de sus hijos
• Dificultades que tienen para educar a sus hijos
• Día de la semana y horario que les viene mejor para convocar una reunión.
Familia y Escuela tienen funciones sociales diferentes, pero complementarias. Ante la complejidad del mundo de hoy han de unir sus esfuerzos para lograr superar las dificultades que se les presentan porque en última instancia su razón de ser está en función del protagonismo del niño en su tarea educadora.
Esta época presenta un nivel de exigencias a la educación familiar y escolar que reclama la preparación y formación de un nuevo estilo educador basado en un aprendizaje para vivir en comunidad, a la que padres y profesores están llamados a responder con el compromiso de participar en esta tarea común, cada uno desde su ámbito de conocimiento y experiencia para atender a las necesidades afectivas, cognitivas y sociales de los niños y todos los implicados en la comunidad educativa.
Aprender a conocer, Aprender a ser, Aprender a hacer y Aprender a vivir en comunidad. Estos pilares han de fundamentar las relaciones entre la escuela y familia favoreciendo la comunicación, la participación y la colaboración, para superar los factores estructurales de la propia escuela, así como las teorías implícitas de padres y profesores sobre la educación, la enseñanza, la familia, la escuela, el papel de cada uno en esta tarea, etc.
Es necesario, abrir las ventanas a la historia de una nueva concepción de la familia y la escuela en su tarea educativa. Ambas instituciones, requieren una reestructuración estructural y cognitiva, una modificación y adaptación a un nuevo estilo de educación y una actitud abierta a la formación de los alumnos orientada a una educación para la vida comunitaria.
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