TRASTORNOS DE ATENCION

Déficit de Atención

El Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad (TDAH) es una condición psico-neurológica compleja, “un síndrome generalizado de falta de atención, propensión a la distracción, impulsividad e hiperactividad”. Hay tres subtipos de TDAH: fundamentalmente inatento, hiperactivo y mixto.

El TDAH, es hoy en día uno de los trastornos psiconeurológicos más frecuentes en la práctica clínica. Se ha determinado recientemente un incremento notable en la población infantil. Es un trastorno con un fuerte componente hereditario, más frecuente en niños que en niñas y que se presenta (prevalencia) del 1.7% al 17.8% de la población. (7% en promedio).

Antes se consideraba que el TDAH era un trastorno de la infancia y que persistía durante la adolescencia. Hoy sabemos que más del 50% de niños con TDAH lo padecen en la edad adulta. El 80% de pacientes de una consulta psiquiátrica general, tienen antecedentes de TDAH.

Los estudios recientes indican que el TDAH se diagnostica en niños mayores de 4 años, aunque excepcionalmente puede presentarse antes. (muestran gestos erráticos y agresivos). Estos niños son hipersensibles a la vista, sonido, tacto y no toleran estímulos que son aceptados normalmente. Les cuesta trabajo adaptarse a cambios menores en sus rutinas diarias.

Para elaborar el diagnóstico los niños, adolescentes y adultos deberán tener 6 o más de los siguientes síntomas de falta de atención , persistentes durante por lo menos 6 meses hasta el grado que se vuelva desadaptativo e inconsistente con el nivel de desarrollo.

  • A menudo no logra prestar atención cercana al detalle. Comete errores por descuido.
  • A menudo tiene dificultades para sostener la atención en tareas o juegos.
  • A menudo no parece escuchar cuando se le habla directamente.
  • A menudo no continua hasta el final y no logra terminar las tareas.
  • Tiene dificultades para organizar tareas y actividades.
  • Evita o le desagradan las tareas que requieren esfuerzo mental sostenido.
  • A menudo pierde las cosas necesarias para las tareas o actividades.
  • A menudo se distrae fácilmente con estímulos externos.
  • A menudo se le olvidan las actividades diarias.

En el caso de hiperactividad-impulsividad:

  • A menudo se encuentra jugando con las manos o se retuerce al estar sentado.
  • Tiene dificultades para permanecer sentado cuando se le requiere hacerlo.
  • A menudo corre o salta excesivamente en situaciones inapropiadas.
  • Tiene dificultades para jugar en silencio.
  • A menudo está en movimiento como si estuviera “impulsado por un motor”.
  • A menudo habla excesivamente.
  • A veces responde sin tino antes de que se le hayan terminado de preguntar.
  • Tiene dificultades para esperar su turno.
  • A menudo interrumpe o es intrusivo con otros.

Efectos sobre la familia:

El niño TDAH es maravilloso un día y terrible al siguiente, por lo que puede cambiar las relaciones familiares y tener efectos devastadores sobre los padres y hermanos. En muchas ocasiones puede lastimar los sentimientos de la familia tan drásticamente como lo puede hacerlo un adulto. Los hermanos tienen dificultades particulares y pueden mostrar un deterioro psicológico incluyendo la depresión, el abuso a las drogas y los trastornos de lenguaje. A menudo son victimizados por un hermano o hermana con TDAH que sea demandante, pendenciero y quien podría estar recibiendo atención positiva de los padres por conducta por la cual ellos serían castigados o ignorados. Un niño al que no se le da atención sobre sus propios derechos, podría empezar a imitar conductas indeseables o actuar negativamente en otra forma. Son las madres las que mantienen el peso del abuso físico y emocional, por lo que debe protegerse a sí misma y al niño, estableciendo su propio espacio y el del niño.

Diagnóstico y Tratamiento


Diagnóstico.
El diagnóstico es fundamentalmente clínico. Una historia clínica acuciosa con información detallada de los padres, otros familiares y la escuela, son esenciales. La exploración neurológica, auditiva y oftalmológica son necesarias para descartar otros padecimientos que producen inatención o hiperactividad. Los estudios de Rayos X e Imagen (Resonancia Magnética de cráneo y Tomografía axial computarizada) así como el electroencefalograma, aportan poco al diagnóstico de TDAH y más bien son útiles para descartar otros diagnósticos. Los exámenes de laboratorio en sangre, ayudan para detectar intoxicación por plomo o trastornos de la glándula tiroides.

Tratamiento
Es cierto que algunos padres pueden manejar el TDAH de sus hijos con técnicas conductuales, sin embargo, para otros la medicación parece un milagro, pues da a las familias desesperadas una mejor calidad de vida. Así, el uso de medicamentos asociados a métodos conductuales han probado ser la mejor opción.

Los medicamentos más usuales en el tratamiento de TDAH son:

  • Estimulantes del sistema nervioso central, los cuales reducen la conducta inquieta y elevan las calificaciones de las pruebas de inteligencia.
  • Antidepresivos especiales como el bupropión, recomendados como los tratamientos de primera línea para los adultos con el trastorno.
  • Antidepresivos tricíclicos, prescritos para los niños que no responden a los estimulantes o que tienen ansiedad o depresión acompañante.
  • Los Agonistas alpha-2, que se usa para los niños cuyos problemas tienden más hacia la impulsividad, la agresión y tics.

Respecto a las técnicas conductuales éstas deben realizarse entre los padres y maestros con una asesoría profesional de grupos de apoyo de TDAH. En el caso del adulto con terapias individualizadas con asesores profesionales en el tema. Se recomienda terapias cognitiva, afectiva, organizacional, dando estrategias para el funcionamiento en la vida diaria y el manejo de los trastornos asociados (comorbilidades). La terapia familiar se recomienda para su ayuda y comprensión, de ser necesario se impartirán terapias psicológicas por separado para miembros específicos de la familia. La terapia familiar con la participación de los maestros, puede ayudar a los niños con TDAH.

En el hogar al niño se le debe enseñar a canalizar la agresividad en expresión verbal y más adelante en actividades físicas e intelectuales como deportes competitivos. Se debe buscar un sentido de autovaloración para limitar la conducta destructiva. La autovaloración evoluciona de la autodisciplina, por lo que los padres deberán ayudar a lograrla, a través de la empatía, paciencia, afecto, energía y fortaleza. Se deben definir reglas flexibles para motivar comportamientos que no produzcan daño y estar en busca de actividades que retengan la concentración del niño.

Es necesario que los familiares de niños, adolescentes y adultos con TDAH se instruyan sobre el tema para poder manejar mejor el trastorno y lograr una convivencia más armónica.

El TDAH Infantil y en Adultos

El TDAH Infantil:

Los síntomas clásicos como falta de atención, la distracción, la impulsividad, la hiperactividad, no describen adecuadamente lo que realmente está sucediendo en la mente del niño, pues suelen confundirse con actitudes que presentan los niños sin el síndrome. En ese sentido una característica esencial del TDAH, es la falta de interés en el trabajo o en la memoria a corto plazo. Son incapaces de recordar una explicación completa o de concluir los procesos que requieren de secuencias. Es por eso que a estos niños les atraen actividades que no requieren de memoria de trabajo, como ver la televisión. Su relación con los otros niños se vuelve volátil e inestable.

Los trastornos emocionales como ansiedad y depresión acompañan a más de la mitad de los niños con TDAH, el 20% tiene dificultades de lectura y el 60% serios problemas de escritura. Los niños con este trastorno presentan dificultad en el aprendizaje, falta de habilidad para soportar la sobre-estimulación y otros problemas psiconeurológicos que se relacionan con los trastornos asociados (comorbilidades). Cuando los niños crecen y se desarrollan les cuesta trabajo adaptarse a los cambios en las rutinas diarias. Además, el 63% de los niños con este padecimiento tienen problemas con el sueño.

El Trastorno por Déficit de Atención se da en niños con un coeficiente intelectual normal o superior, aunque el 90% de los niños tiene un aprovechamiento inferior y la mitad son reprobados por lo menos una vez.

El TDAH en Adultos:

Hoy se considera que el TDAH puede ser el trastorno psiquiátrico no diagnosticado más común en los adultos.

El diagnóstico de TDAH en el adulto se basa especialmente en el antecedente de TDAH en la infancia. Niños con TDAH tienen mayor riesgo de sufrir algunas comorbilidades junto con su trastorno durante la adolescencia y la vida adulta, en especial trastornos de ansiedad, afectivos (depresión )y obsesivo compulsivos, abuso de drogas, y personalidad antisocial, por lo tanto los adultos presentan una variedad más complicada de trastornos psiquiátricos que los niños, lo que hace el diagnóstico aún más difícil. Además se debe tomar en cuenta que el adulto desde la niñez ha creado mecanismos de defensa para así compensar su déficit de atención y poder ser funcional en su vida académica y laboral, por eso el aumento de los trastornos asociados (comorbilidades) entre los adultos. La nicotina mejora la inatención por lo cual el tabaquismo es un serio riesgo para los niños y adultos.

Un diagnóstico exacto y temprano del TDAH puede evitar una conducta negativa de largo plazo.


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